Los Despachos.

http://www.spiegel.de/flash/flash-24861.html

sábado, 23 de febrero de 2013

Bruxelas Corrige a Rajoy


Bruxelas corrige a Rajoy y dice que el Déficit de España en el 2012 fue del 10,2 %.
Rajoy anunció hace 48 horas en el Parlamento que era menos del 7 %.

Los datos Oficiales del propio Gobierno Demuestran que Rajoy Mintió sobre las cifras de Empleo en el Debate sobre el Estado de la Nación y hoy mismo, la "Comisión Europea" ha dicho que "Rajoy Manipuló" también las cifras del Crecimiento y el déficit.

Apenas han pasado dos días y el discurso de Rajoy ya se cae a pedazos.

-  Cuando bien entrado el año 2012 se conocieron las cifras definitivas del déficit de las comunidades autónomas (Gobernadas en su mayor parte por el PP), el Gobierno anuncio que ....

   el déficit con el que había acabado el año 2012 eran del 8'9 %* pero que incluyendo la ayuda financiera, se elevaba al 9'3 %.

      "Hemos recibido un país con más de un 9% de déficit" vicepresidenta Soraya S.S. Rueda de prensa, La Moncloa, 5 Octubre 2012.

(*) Montoro tuvo que reconocer que la Administración del Estado (o sea las cuentas del Gobierno) Había cumplido el objetivo de déficit del 6% y que el desfase se habia producido por las cuentas de las comunidades autónomas.

- Hoy la Comisión Europea ha dicho que Rajoy no ha cumplido sus previsiones de crecimiento y déficit en 2012 ni lo va a hacer tampoco en 2013.

La Comisión ha situado en el 10'2 % el déficit público de España en 2012 (Un 6'7% que, incluyendo las ayudas a la banca aumenta hasta el 10,2%).

            El objetivo de déficit que Rajoy comprometió con la UE para 2012 fue 
            del  6,3%  (inicialmente fue un 4.5%, pero luego tuvo que pedir que se lo 
            ampliaran).


En Resumen

1. Frente a lo que dice Rajoy, la Comisión Europea asegura que Rajoy ha  
    incumplido sus compromisos económicos y de déficit en 2012 y que también 
    los va a incumplir en 2013, con lo cual el paro continuará subiendo.

           "A la vista de esos incumplimientos, pero atendiendo al esfuerzo hecho por el país, la Comisión no descarta conceder a España más tiempo para cumplir su objetivo de reducción del déficit".

2. Incluidas la ayudas a la banca, España

      a) Acabó 2011 con un déficit del 9, 3%          Casi UN PUNTO MÁS

      b) Acabó 2012 con un déficit del 10,2% *           DE DÉFICIT



El memorándum del rescate de la UE a la banca española contempla que los 40.000 M€ computan como deuda y, por tanto, como déficit.


A lo lardo de 2012 RAJOY HA APLICADO 80.000 M€ DE RECORTES a los ciudadanos, con el único Objetivo de Reducir el Déficit.
Hoy BRUXELAS nos dice que el DÉFICIT DE ESPAÑA ES HOY MAYOR QUE EN 2011



La CONCLUSIÓN ES CLARA:

Los Recortes y los Sacrificios que RAJOY ha Impuesto a los ESPAÑOLES en 2012, NO HAN SERVIDO PARA NADA



  • YA sabíamos que NO HAN SERVIDO PARA SALIR DE LA CRISIS.
  • YA sabíamos que NO HAN SERVIDO PARA CREAR EMPLEO.
  • Y Hoy sabemos también que TAMPOCO HAN SERVIDO PARA REDUCIR EL DÉFICIT.

MANIFIESTO EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA LOCAL


Concejales y concejalas socialistas en los ayuntamientos, entidades locales autónomas y mancomunidades de Andalucía alzamos nuestra voz en contra de la propuesta de reforma de la administración local aprobada por el Consejo de Ministros en su reunión de viernes 15 de febrero de 2013, fecha que pasará a la
historia negra de la democracia en España por ser el comienzo de un ataque partidario contra la autonomía municipal, un principio constitucional y pilar básico de nuestro modelo de convivencia, de democracia y de participación de la ciudadanía.




La reforma articulada por el actual Gobierno es, a nuestro juicio, un retroceso de la democracia en España, adoptado en un proceso actual de desafección colectiva hacia la política, de recortes de derechos fundamentales de la ciudadanía y de políticas erróneas y erráticas en materia económica, organización territorial y social.

La propuesta del Gobierno alimenta punto por punto los males que aquejan a nuestra democracia, porque criminaliza con demagogia la representación y el ejercicio político municipal con un falso debate sobre retribuciones y sueldos, porque fulmina el principio de rentabilidad social de los servicios públicos, sobre todo aquellos que se prestan en municipios pequeños, porque aleja los centros de decisión política y reconcentra el poder en instituciones políticas de elección indirecta y porque va ser impuesta de manera dictatorial sin previo debate público y político sobre nuestro modelo territorial.

Estamos en contra porque los ciudadanos y ciudadanas a los y las que representamos van a tener menos servicios, más caros y de peor calidad, porque nuestros gobiernos locales van a salir a concurso público en virtud de criterios económicos que serán fijados con nula sensibilidad social, sobre todo para con los pequeños municipios, al grito de que cuesta mucho que los vecinos y vecinas de un pueblo de menos de 5.000 habitantes tengan derecho a los mismos servicios que los habitantes de las grandes ciudades, plagadas de asesores con sueldos millonarios.

Alertamos del impacto que tendrá la propuesta en el desmantelamiento del sector público, la liberalización de servicios y la privatización de sectores -sobre todo en las grandes ciudades y municipios-, con la consiguiente pérdida de  puestos de trabajo, que calculamos pueden ser 250.000 en España y 40.000 en Andalucía.

El papel dinamizador de las políticas públicas y la contribución municipal en las economías locales puede ser historia, lo cual servirá de justificación futura para el remate final de esta reforma.

El supuesto ahorro para los ayuntamientos, y por tanto, para los bolsillos ciudadanos es falso, ya que las competencias que pasan a las autonomías tendrán un coste que será abonado por los entes locales, y las competencias impropias dejarán de prestarse. Es decir, la propuesta no tiene nada que ver con mejorar la gestión, sino que persigue la eliminación o privatización de servicios. Los ayuntamientos seguirán pagando directa o indirectamente.

Este Gobierno, en vez de afrontar con valentía un debate territorial, de competencias y financiación, fía el futuro de nuestros pueblos y ciudades a los criterios del mercado, esas manos invisibles que se encargarán de recortar los servicios, imponer repagos y alejar del control ciudadano las decisiones del ámbito político. Esta reforma entrega en bandeja nuestros ayuntamientos a la especulación.

Afirmamos que es un ataque a la autonomía local porque los municipios, sobre todo los menores de 20.000 habitantes, desaparecen de hecho. No es una afirmación exagerada, cuando la capacidad de decisión de los representantes municipales queda intervenida, en manos de diputaciones, y en los casos extremos, desapareciendo como administraciones.

La intervención y la retirada de competencias, justificada por los baremos de costes, rentabilidad y estabilidad presupuestaria que sean impuestos arbitrariamente por el Gobierno, convertirán a los gobiernos municipales en meros simulacros de representación política, y por ende, en un ficticio proceso de elección los comicios locales. Las decisiones se alejan de las plazas de los pueblos y se tomarán en los despachos de los ministerios. El debate sobre nuestros pueblos y ciudades, la participación ciudadana, será un espejismo.

Quienes adoptan esta decisión saben que son falsas las justificaciones esgrimidas para agrupar las retribuciones municipales por tramos de población. Compartimos la necesidad de establecer los límites de los salarios municipales. Pero no a costa de estigmatizar al político o política municipal, a los miles y miles de concejales y concejalas, alcaldesas y alcaldes de España. Si duro es el golpe que se da en la línea de flotación de la autonomía local, no menos es el que propinan al derecho de la ciudadanía al sufragio pasivo, por cuanto retumban en esas líneas de la propuesta tiempos pretéritos durante los cuales sólo podían representar a sus vecinos y vecinas las elites locales, casi siempre reaccionarias.

Estamos defendiendo los derechos de la ciudadanía ante este ataque que contraviene la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Pedimos que se retire esta propuesta, que puede acabar en el Boletín Oficial del Estado sin el consenso democrático exigible siempre, pero aún más en estos momentos.


miércoles, 20 de febrero de 2013

Algo muy grave está pasando


Advierto, los movimientos en la prensa de Madrid y las esferas del poder central de estos últimos días, aún habiendo conseguido algo muy positivo como es la reacción de muchísimas personas, bien de forma activa echándose a la calle de numerosas ciudades del estado español exigiendo la dimisión de este Gobierno corrupto, o firmando escritos de dimisión, e incluso manifestando su malestar en encuestas demoledoras para con Rajoy y sus amigos, tienen en su origen una carta guardada en la bocamanga. Es muy bueno que salgamos a la calle diciendo chorizos fuera y que esta crisis es una estafa, pero también que sepamos qué se cuece en las esferas gatopardianas del poder real. De los que, más allá de partidos, manejan el estado. Debemos intuirlo para actuar en consecuencia.

Los papeles Bárcenas los sacan al alimón “El Mundo” y “El País”, es decir un sector del PP y un sector muy poderoso del PSOE. Puede parecer evidente que tras estos medios hay poderosos intereses tanto económicos como políticos, y que medios empresariales tan influyentes deben tener serios indicios para arriesgarse a sacar a la luz estas noticias. No son jueces, pero están muy informados, y eso es evidente y palmario.

Algo hay detrás. En una asociación de izquierdas muy seria y respetada en esta opción ideológica, hace algunos meses ya recibimos información muy solvente acerca de una golpe de salón que se preparaba contra Rajoy -si, contra Rajoy- pues un sector muy importante del poder entendía que le faltaba fuerza y liderazgo para acometer una crisis que compromete seriamente los intereses de las oligarquías, del establishment madrileño que acumula el poder. Los oligarcas desean más contundencia, más “reformas” y una concentración mayor de poder.

Se sabe además que el régimen ha perdido toda la confianza popular, y los partidos del sistema ya no solo no son de fiar, sino que están bajo mínimos. La monarquía, su otro bastión de poder, ha perdido confianza y las personas comienzan a percibir su inutilidad, así como sus claros síntomas de “debilidades económicas”. Cuando todo se derrumba urgen soluciones rápidas y no siempre ortodoxas.

El poder financiero hace tiempo que exige un gobierno de concentración y/o una gran coalición PP-PSOE-Derechas Nacionalistas, que salvaguarde los intereses de la oligarquía que nos domina. También del entramado político-económico del régimen del 78, incluidos los beneficios adicionales que este produce. El hundimiento en las encuestas del PP y del PSOE, indican que unas elecciones generales anticipadas tampoco pueden ser la solución, luego mucho ojo y atentos. Pues a pesar del recambio de UPyD en la derecha, las cosas no están claras. Si a esto le sumamos el problema catalán y el vasco que ya se vuelve a otear, todo está servido. Pero lo que más les asusta es la reacción social, el imprescindible por nuestro bien -el de paradas y parados, pensionistas, jóvenes y clases trabajadoras- estallido social, que también, no solo ya se intuye, sino que cada vez de forma inexorable se aproxima más. Luego un golpe de timón conservador, un golpe neoliberal, están en el horizonte.

La reacción popular y las manifestaciones no solo son la respuesta lógica, sino hay que incrementarlas y seguir con ellas y con las huelgas obreras en la limpieza, servicios públicos y los transportes. Pero necesitamos con urgencia un frente amplio del pueblo trabajador, apoyado por la Cumbre Social, que se enfrente con éxito a esta operación que todo parece indicar que se está fraguando.

No hay tiempo. No es momento de echarse nada en cara, ni de ajustar cuentas. Es, eso si, un tiempo en el que hay que actuar a la vez con responsabilidad y valentía, y conformar sin pérdida de tiempo una Coalición Social y de las izquierdas y los y las antineoliberales.


Llevo tiempo diciéndolo y machacándolo. Tanto Socialismo21 como Construyendo la Izquierda, entre otras fuerzas, lo están exigiendo y poniendo encima de la mesa a todas y todos los que nos quieran escuchar.

También hace tiempo se lo propongo, directa o indirectamente, a ATTAC España y otros movimientos sociales. Y la verdad me gustaría estar equivocado, pero…
IU no puede pensar que un 15% -si es que se diera efectivamente- en un panorama de elecciones anticipadas es la panacea. La intención de voto total es de un 53%, según la encuesta de Metroscopia del 3/2/2013; es decir, que muchas personas tanto hartas como manipuladas se van a quedar en casa. La derecha solo desea que la izquierda sociológica y social se quede en casa para volver a mandar, y a la postre ya saldrá UDyD para hacerles el apaño. Eso o hacerle el avío al PSOE. Por eso es tan necesario el frente amplio de las izquierdas y la indignación. Los socialistas, que no socioliberales o simples liberales emboscados en el PSOE, sabremos como actuar. Sabremos cual es nuestro lugar.

Hoy Domingo 3 de Febrero, Rubalcaba ha pedido la dimisión de Rajoy para nombrar a “otro presidente” que pueda pilotar este barco a la deriva, pero no ha pedido elecciones anticipadas -era lo lógico tras pedir la dimisión del líder del PP- ni ha anunciado por ahora una moción de censura. A mi me ha chirriado, no se si a ustedes también.

No hay tiempo ya. La respuesta antineoliberal no puede tardar. Rajoy debe dimitir, claro. Pero no solo por hacer algo que ya sabíamos que se hacía entre la derecha y otros liberales y era moneda común en el partido de las derechas, sino por estar empobreciendo las clases populares del Estado, para enriquecer a ricos y poderosos y vender nuestra dignidad y la independencia del estado español.

Publicado en El Portuario en excedencia

viernes, 8 de febrero de 2013

La partitocracia era esto?


Los partidos están gobernados por burócratas que se acomodan ahí de por vida, esquivando la competencia propia de la vida profesional, y convierten la política en su profesión

Quizás todo consista en que no apreciamos con seriedad la vida política, porque los ciudadanos no directamente implicados en la cosa pública, que son la inmensa mayoría, la ven como espectáculo, como una variante más del fútbol, pero con figuras vestidas de calle. Quizás nos falta cultura democrática. O, a lo peor, quizás nos falta cultura, en general. Y al final lo que tenemos es lo que nos merecemos: la partitocracia.
Son muchísimas las personas que se están dando cuenta ahora –basta asomarse a las redes sociales– de lo mucho que necesitamos de la política. Presenciamos la incapacidad del partido que nos gobierna para explicarnos, solo para explicarnos, no ya para convencernos, acerca de lo que está pasando en su interior y sentimos una frustración como ciudadanos corrientes a los que tampoco se nos quiere responder cuando nos dejan que le preguntemos al respecto.

Padecemos de severa partitocracia, que pervierte el sistema representativo de nuestro Estado de derecho, por el poder omnímodo de sus partidos que anula de raíz y en la práctica la teoría de la división de poderes de Montesquieu, inventada justamente porque se sabía que el poder no puede ser controlado desde fuera: la única solución es que se controle a sí mismo dividiendo sus funciones y asignando cada una de ellas a órganos diferenciados. Pero los partidos políticos, por su inercia autónoma de funcionamiento, designan y controlan la composición de todos los órganos decisivos de nuestra vida política, desde el Legislativo hasta el Tribunal de Cuentas, que es quien debería fiscalizarles. Así, la corrupción medra en su seno de modo natural y el que surja es solo cuestión de tiempo o de circunstancia: el chantaje al que un individuo corrupto somete al partido del que ha sido expulsado.

La partitocracia se caracteriza por el poder de las burocracias que gobiernan los partidos, cuyos miembros se acomodan ahí de por vida, esquivando la competencia propia de una vida profesional al margen de la política, con lo que transforman a esta en su profesión, orillando su condición primigenia de servicio público temporal en favor de la comunidad. Todos dependen de todos dentro del partido, que genera un circuito cerrado de compromisos y servidumbres que paraliza la iniciativa propia, acalla disensiones y genera liderazgos condicionados. La partitocracia, demandadora y generadora de burocracia, exaspera por su lentitud al aceptar ideas o sugerencias nuevas, al deliberar sobre las mismas, al tomar decisiones al respecto.
Y la partitocracia se completa, también, con el panorama desolador del resto de partidos de nuestro sistema político, tanto a nivel estatal como autonómico. Así, partitocracia es que Rubalcaba pida la dimisión de Rajoy a sabiendas de que este nunca se la va a conceder. En cualquier caso, ¿qué sería del país ahora si así lo hiciera? Los socialistas representan definitivamente el pasado de nuestra Transición, en el que fueron protagonistas principales, porque la segunda generación de sus líderes ha dilapidado del todo la ilusión –falsa muchas veces, pero aparente y por momentos necesaria– que generaron sus predecesores. Ideas como la ‘memoria histórica’, que quiso convertir en historia oficial de la Guerra Civil lo que es su interpretación particular de la misma, o su actual propuesta federalista, que convertiría en Estados federados a Murcia o La Rioja, que ni en sus más nobles aspiraciones soñaron jamás con semejante estatus, nos dan una idea de la desorientación en la que ha acabado el buque insignia del progresismo español.

La partitocracia toma cuerpo también en los partidos nacionalistas, porque todo el sentido de su política empieza y acaba en sus propias sedes. Cuanto peor para España mejor para ellos: partitocracia pura. Cuando sea el momento de poner en práctica su ansiado derecho a decidir acotarán su territorio con singularidad histórica, se convertirán en sus únicos representantes legítimos y votarán para irse de la colectividad política a la que pertenecen desde hace al menos ocho siglos. Se proponen inaugurar un sistema de autodeterminación inédito en Occidente. Ningún gran Estado de los existentes surgió por ese método, ni de los antiguos, como España, Francia o Gran Bretaña, ni de los modernos, como Alemania o Italia. Los nacionalistas equiparan todos los nacionalismos, sean de Estado o sean de las naciones sin Estado, como procesos similares y, por tanto, intercambiables. Pero la apuesta nacionalista, la que va de la nación al Estado mediante un referéndum, en el hipotético caso de que la Unión Europea la avalara, nos llevaría, sin duda, al cantonalismo, también de raigambre histórica en España. Porque la idea de unir territorio y democracia sería ya imparable y nadie podría negar luego que un territorio singularizado, dentro del nuevo Estado así constituido, se quisiera autodeterminar a su vez. En Cataluña, las últimas elecciones dieron mayoría no nacionalista a las comarcas de Baix Llobregat y de Val d’Aran y a grandes municipios como Tarragona, Badalona u Hospitalet.

Y la partitocracia lastra, en fin, a esos terceros partidos que esperan la debacle del bipartidismo para alcanzar un rango decisorio en la política nacional. Como ese reciente partido que se dice de progreso, trufado de intelectuales de prestigio, que en realidad a quien le disputa en su terreno es a la derecha, y liderado por quien ejerció durante treinta años, toda una vida, cargos como socialista: primero en la política vasca como diputada foral desde 1979, juntera desde 1983, parlamentaria desde 1986 y consejera del Gobierno vasco de 1991 a 1998 y luego como europarlamentaria de 1999 a 2007. Quizás sea por ello, porque aquí ya se la conocía mucho, que alcance mejores resultados y tenga más gancho electoral en otras zonas de España que en esta. 

Pedro José Chacón Delgado, Profesor de Historia del Pensamiento Político en la UPV/EHU.