¿Por qué hay diputados que no abren la boca en toda la legislatura?, ¿por qué concejales y cargos públicos son a veces incapaces de defender sus propias ideas? He aquí la explicación, la existencia de un trastorno tan habitual como patético.

Se trata de un trastorno, por lo general de la infancia y la adolescencia, a partir del cual una persona simplemente no habla en determinadas situaciones sociales o, precisamente, cuando se le espera que hablen, estando capacitados para hacerlo y para comprender al mismo tiempo lo que se les dice.
Toda mi solidaridad, especialmente para aquellos niños que necesitan un tratamiento específico para algo que es un trastorno, no una travesura, y que necesita, digo, diagnóstico y cuidado.
Hay políticos, y aquí viene mi evocación, que sufren un mutismo selectivo agudo de consecuencias tan disimuladas como intrascendentes. Gentes que, por lo general con escaso oficio y mucho beneficio, incapaces de defender oralmente sus propias ideas.
Viven de la ubre del grupo parlamentario, expertos dicen en organizarse más que en organizar, peritos en llevárselo crudo y vivir del cuento. Cuando se les dice que intervengan en una Comisión o en un Pleno, se echan a llorar impenitentemente y tiemblan como un infante instantes antes de una extirpación de amígdalas.
No les habrán visto en medios de comunicación alguno. Les llaman de las radios y las televisiones, pero, siempre tienen una excusa para no enfrentarse al adversario, a la cámara, al micrófono o a sí mismos.
Son precisamente los que más critican a esos otros políticos que defienden con profusión sus ideas y la orientación de su propio partido. Los que le dicen a más de uno lo mucho que sale en televisión o la de veces que habla en la radio.
Una especie de trastorno que tiene, créanme, medicación e intolerancia. Es el mutismo selectivo de estos políticos de tres al cuarto, pillabocadillos de media mañana, analfabetos en oratoria y transparentes a la ideología.
@AntonioMiguelC
El mutismo selectivo es un trastorno de la comunicación verbal de origen emocional que consiste en que los afectados, en determinados contextos o circunstancias, no pueden hablar, aunque puedan hacerlo fluidamente en otras situaciones.
"genial por la oratoria"
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