La sangüijuela silenciosa
Se han
apropiado de nuestro legado cultural y artístico, no pagan IBI, reciben
subvenciones millonarias y no destinan más de un 2 % para atención a la
pobreza… a Jesús se le caería la cara de vergüenza.
El gobierno
despachó la polémica de cobrar el IBI a los edificios propiedad de la
Iglesia Católica con un “No vamos a denunciar un acuerdo internacional
que data de 1979. Sería una
irresponsabilidad”, y lo dijo poco después de que “alegremente” gobierno
y oposición modificasen algo tan importante como la Constitución
Española, nada más y nada menos, que para establecer que los mercados
son más importantes y prioritarios que nosotros, los ciudadanos.
Increíble.
Lo cierto es que la Iglesia Católica -más allá de
los repuntes mediáticos que consigue con los casos de pederastia, con
las subvenciones millonarias y la apropiación indebida de cientos de
edificios pertenecientes a nuestra herencia cultural, propiedades por
las que no paga IBI, con sus injerencias en la vida política y social
para limitar libertades básicas o con el miserable 1.6 % de sus ingresos
que destina a Cáritas- está logrando capear la crisis-estafa y salirse
de rositas de todos los “charcos” en los que lleva siglos chapoteando,
eso sí, unos pocos con sandalias, y una gran mayoría con botas de oro
haciendo gala de esa vida opulenta que la jerarquía eclesiástica se
empeña en ostentar, satisfecha, día a día. Vergonzoso.
Quiero
compartir con vosotros un buenísimo artículo de Ignacio Escolar: ”Compre
la Mezquita de Córdoba por 30€”, para ilustrar de qué estamos hablando,
sobre todo en términos económicos, cuando acusamos a la Iglesia
Católica de sanguijuela:
“La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 780 y 785 por Abderramán I.
Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la Iglesia Católica
inscribió el inmueble a su nombre en el registro de la propiedad número
cuatro de Córdoba: tomo 2381, libro 155, folio 198. El trámite costó
apenas 30 euros.
Tal robo fue posible por dos milagros:
El primero, que José María Aznar cambió la ley hipotecaria en 1998 para
permitir a la Iglesia apropiarse de edificios de dominio público,
aunque sean patrimonio de todos los españoles: basta con que el señor
obispo dé fe y certifique que pertenecen a la Iglesia, sin necesidad de
notario.
El segundo milagro, que disponer de un edificio de
23.400 metros en pleno centro de Córdoba le sale gratis a la Iglesia: no
paga el IBI y tampoco se ocupa de los gastos de conservación.
La entrada en la Mezquita de Córdoba cuesta 8 euros por persona; al año
recibe más de un millón de visitantes. No te entregan factura y es
dudoso que el dinero recaudado pague impuestos: se considera un donativo
y, como tal, está exento de tributación.
El obispado de Córdoba dispone de la Mezquita a su absoluta voluntad.
También decide quién puede trabajar en ella como guía y quién no. No es
raro que haya días en los que se cierre el acceso a los turistas porque
hay, por ejemplo, una convención de sacerdotes en su interior.
Sin embargo, los gastos de restauración y conservación no los paga la Iglesia: los PAGA el Estado.
Desde 1998, la Iglesia ha inscrito a su nombre cientos de edificios,
muchos de ellos financiados por los vecinos de cada pueblo o ciudad.
Zapatero no cambió la ley en ocho años. Rubalcaba prometió reformarla en su programa electoral.
Es improbable que tal abuso lo vaya a eliminar el PP pero, con algo de
suerte, tal vez la Unión Europea obligue al Gobierno a cobrar el IBI a
la Iglesia, igual que ha hecho con Italia.
No es poco dinero:
este privilegio (el de no pagar impuestos nos cuesta 3.000 millones de
euros al año.” "En realidad son más de 10.000" millones de € al año".
No hay comentarios:
Publicar un comentario