Las maestras de la República reciben el premio “8 de marzo”

En reconocimiento a su trayectoria laboral y sindical enfocada a la consecución de un modelo de sociedad progresista, las maestras de la República recibierón el premio “8 de marzo” concedido por UGT. Julia Vigre, Antonia Androger, Pepita Uriz, Julia Álvarez, Balbina Medrano, Veneranda Manzano, Regina Lago y Emilia Lias son algunos de los nombres de maestras republicanas que formaron parte de la UGT y que, hoy más que nunca, se escucharán con fuerza en la entrega de estos premios.

Esta candidatura, presentada por FETE‐UGT, quiere ser un homenaje al compromiso de las maestras de la II República por la igualdad. En un momento tan crucial como el actual, en el que se ven amenazadas la educación pública y la igualdad, es importante recordar el trabajo de aquellas mujeres que, en situaciones tan complicadas como las que les tocó vivir, trabajaron en el empeño por lograr una sociedad más igualitaria, fundamentalmente a través de la educación, pero también a través de la participación social y sindical.

Desde FETE‐UGT creemos que es de justicia restaurar la memoria de todas estas maestras, ya que su valor y esfuerzo en la defensa de las ideas de igualdad y solidaridad continúan estando presentes en cada una de las acciones que hoy emprendemos. Fueron mujeres comprometidas y valientes que trabajaron por
llevar la educación a todos los rincones del país, sin importarles las muchas dificultades que encontraron ante una sociedad que, en su mayoría, no aceptaba unas prácticas educativas que introducían la coeducación y el aprendizaje práctico y experimental dentro del aula.

La educación constituyó uno de los compromisos sociales de la II República. Fue durante esta época cuando se trató de configurar un nuevo estado docente capaz de educar a ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la construcción de una sociedad que quería acabar con las desigualdades de otras
épocas. Y es en ese nuevo estado docente, donde las maestras de la República defendieron una educación pública, obligatoria, gratuita, activa, laica, bilingüe y solidaria que intentaba terminar con siglos de discriminación por sexo o clase social.


En las primeras décadas del siglo XX muchas maestras que se sintieron atraídas por las corrientes de renovación pedagógica, participaron tanto en organizaciones femeninas y feministas que luchaban por la reforma social y la igualdad de derechos de la mujer, como en partidos políticos y sindicatos. Con la caída de la República y el estallido de laGuerra Civil llegó la represión y el exilio para buena parte de todas ellas, lo que les llevó, en muchos casos, a seguir educando en la sombra del miedo.

Ahora, muchos años después, en la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el sindicato UGT, en el que militaron activamente muchas de ellas, quiere rendirles un sincero homenaje entregándoles el premio “8 de marzo” en reconocimiento a su magnífica labor pedagógica. Una labor con la que nos sentimos orgullosos y en la que vamos a seguir trabajando para, al igual que ellas, conseguir un modelo educativo universal y la mejora de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en los que, por supuesto, debe estar incluida una real y efectiva igualdad de la mujer.